Un día de estos...

Hace tiempo dije que George Zimmerman, el homicida de Trayvon Martin, es una bomba de tiempo ambulante. Evidentemente, el individuo sufre de algún desajuste emocional o mental que lo convierte en pendenciero, y su absolución en aquel caso lo ha envalentonado. Luego del fracaso de la justicia que lo dejó libre, ha continuado con una rachita de incidentes ilegales o violentos que, aunque de poca monta, revela una tendencia que lo llevará, más tarde que temprano, a volver a matar a alguien.

Ahora acaba de protagonizar un tercer incidente de violencia doméstica. Hasta ahora se ha salvado porque sus parejas no han querido continuar con el caso; quizá temerosas de que salga bien y ellas paguen las consecuencias más adelante. Sea como fuere, Zimmerman parece gozar de una suerte inexplicable para salir de todos sus aprietos con la ley.

¿Quién será su próxima víctima fatal?

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