Un «gobierno inteligente»

Dejando a un lado los inconvenientes que a corto plazo pueda causar la consolidación de oficinas gubernamentales -- como es el caso actual de las del Registro Demográfico -- lo cierto es que se trata de un paso que debe darse para, por un lado, reducir la abultada nómina pública y, por otro, mejorar los servicios. El achicamiento se impone en un momento en que el gobierno pasa por una crisis presupuestaria, pero no debe ser lesivo al interés público, si se amplía el «gobierno electrónico», es decir, la facilidad de realizar gestiones y transacciones por medio de Internet. El proceso comenzó hace años, y ha ido avanzando. Lo que hace falta es ampliarlo, para que rinda un mayor beneficio.

Hoy por hoy, son cada vez menos las personas que no están conectadas a la «Red». Con esa base rápidamente creciente, muchas de las diligencias que todavía se hacen personalmente quedarán en el pasado. Ya no será necesario personarse a una oficina a buscar o llevar un documento, o a hacer un pago. Por lo tanto, no harán falta tantas oficinas ni tantos empleados para trámites que se podrán realizar desde la casa y fuera de horas laborables. Ya es así en muchos renglones, y cada día se añadirán otros.

Como dice una publicidad por ahí, solo haremos la fila que queramos hacer.

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