Mala conducta de malos conductores

Lo ocurrido en las oficinas del Autoexpreso es bochornoso, y una muestra elocuente de una actitud ciudadana que habla muy mal de nuestro país. Toda esa gente que irrumpió en ese local son deudores -- muchos de ellos consuetudinarios -- del sistema de peaje, que temerariamente dejan acumular una cantidad considerable, con la expectativa de acogerse a alguna amnistía parcial para el pago de la deuda. Encima de eso, esperan hasta última hora para pagar, y cuando, por un mal entendido sobre la fecha límite, no se les honra el descuento, se comportan como energúmenos.

Eso le pasa al gobierno -- a éste y a los anteriores -- por malacostumbrar a la gente, ofreciendo amnistías contributivas y de otros órdenes, y no exigir el cumplimiento estricto de obligaciones y pagos. Al país hay que educarlo cívicamente, para que actúe civilizadamente.

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