A falta de votos, contratos jugosos
La práctica de contratar aspirantes fracasados a puestos electivos -- de suyo cuestionable -- es mucho peor cuando la cuantía de dichos contratos es exorbitante y no corresponde a inteligencia, pericia o talento especial que lo justifique. Solo hay que ver la lista de los contratados en la Asamblea Legislativa y algunas alcaldías, para comprobar el abuso de discreción al respecto. Si a ello le añadimos el hecho de la situación económica por la que atraviesa el gobierno, entonces el agravio es aun mayor. En esto, como en tantas otras cosas, no hay diferencia entre los dos partidos políticos que se turnan en desgobernar a Puerto Rico. El de ahora, que tomó el poder con la promesa de acabar con los desmanes del anterior gobierno, incurre en las mismas malas prácticas de siempre. Por esto y muchas cosas más, llevo a orgullo no haber votado nunca por ninguno de esos dos partidos.