Una «inveracidad» con mucho de verdad
Hace poco, me pegué en la lotería con, como solía decir mi mamá, «una buena cantidad». Queriendo compartir mi buena fortuna, y para congraciarme con mi esposa, quien es evangélica, pensé hacer un donativo a una entidad de esa clase. Hasta que hoy vi el mensaje a página completa en el periódico, en el cual las iglesias cristianas declaran que «los juegos de azar son una amenaza para la sociedad», «laceran la moral social y espiritual de la familia» y «promueven un falso 'dios'». Ante una cosa como ésta, desistí de ensuciar la blancura de las almas cristianas con dinero mal habido, producto de una actividad tan pecaminosa como la lotería. En vez de ello, he decidido hacer mi donativo a la Iglesia Católica, que no tiene esos escrúpulos en estas cosas.
Ni en muchas otras.
Ni en muchas otras.
Comentarios
Me han hecho reír con los comentarios. Si yo me hubiera pegado en la loto, algo que no me ocurre, lo hubiera gastado en algo más banal; i.e.: un buen pedazo de carne.