El General no tiene quien lo cuide.

El Ayudante General de la Guardia Nacional de Puerto Rico se ha quejado de falta de seguridad en sus instalaciones, por la falta de personal provocada por el despido masivo de empleados públicos en este gobierno. Inmediatamente, su Comandante en Jefe, es decir, el Gobernador le ha salido al paso, indicándole que la culpa es del General, quien no supo identificar el personal esencial en ese cuerpo, para eximirlo del fusilamiento de la Ley 7. Esperemos que este diferendo no vaya en escalada, pues eso de que el militar de mayor rango se disguste con el civil de mayor rango puede desembocar en un cuartelazo.

Claro que con las fuerzas castrenses boricuas diezmadas por la Ley 7 o la 70 --según el Gobernador --  el golpe podría ser fallido, y los que soñamos con el derrocamiento de Fortuño tendremos que poner nuestras esperanzas en otra eventualidad.

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