Una «inveracidad» con mucho de verdad

Hace poco, me pegué en la lotería con, como solía decir mi mamá, «una buena cantidad». Queriendo compartir mi buena fortuna, y para congraciarme con mi esposa, quien es evangélica, pensé hacer un donativo a una entidad de esa clase. Hasta que hoy vi el mensaje a página completa en el periódico, en el cual las iglesias cristianas declaran que «los juegos de azar son una amenaza para la sociedad», «laceran la moral social y espiritual de la familia» y «promueven un falso 'dios'». Ante una cosa como ésta, desistí de ensuciar la blancura de las almas cristianas con dinero mal habido, producto de una actividad tan pecaminosa como la lotería. En vez de ello, he decidido hacer mi donativo a la Iglesia Católica, que no tiene esos escrúpulos en estas cosas.

Ni en muchas otras.

Comentarios

Hiram Sánchez Martínez ha dicho que…
Pues no hagas el donativo en efectivo, sino con un cheque... para que te lo puedan devolver sin cambiarlo (no sea que se te ocurra pedir indulgencias). ¡Cuestión de inveracidad!
Jaime Riera Seivane ha dicho que…
Alberto e Hiram:

Me han hecho reír con los comentarios. Si yo me hubiera pegado en la loto, algo que no me ocurre, lo hubiera gastado en algo más banal; i.e.: un buen pedazo de carne.

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