Otro «abuso a menores»

Es de preocupar la altísima incidencia de nacimientos prematuros en nuestro país, algo que nos coloca en primer lugar en el mundo en este renglón. No hace falta detallar las consecuencias a corto y largo plazo de esta situación para hijos y padres. Lo que sí es necesario puntualizar es la sospecha fundada de que ello pueda deberse en gran parte a la contaminación industrial que padecemos desde hace unos 40 años, y que amenaza con recrudecerse con decisiones gubernamentales cuyo impacto ambiental es perfectamente anticipable.

Hemos permitido que se envenene nuestra agua, nuestro aire y nuestra tierra, y a todos los males que ello nos causa, ahora parece que tendremos que añadir este otro. La explotación económica del entorno natural que el «capitalismo salvaje» entraña, amén de procesos industriales desbocados en pos de una rentabilidad sin límites, cobran estas nuevas víctimas, las más indefensas, poniendo también en precario el futuro de las próximas generaciones.

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