Publicidad procaz

En la pesca de suscriptores de seguros de salud se valen de todas las argucias y artimañas habidas y por haber. Conscientes de ciertos apremios, las aseguradoras han incorporado a su publicidad algunos elementos impensables en otras épocas. En un anuncio de MMM, se resaltan dos ofrecimientos que se me antojan complementarios: medicamentos para la disfunción eréctil -- eufemismo muy en boga -- y monitor de presión arterial. Huelgan las explicaciones de este guiño, sobre todo, a la luz del lema de la empresa: «Lo que te hace feliz, te hace saludable».

Lo que sí debe decirse es que, evidentemente, la aseguradora suscribe la tesis de que el sexo vende, pues, de todos los males físicos que aquejan a la humanidad, ha escogido resaltar la impotencia en mayor o menor grado. Estipulado que el problema es de envergadura, no deja de haber una segunda intención en destacarlo como elemento publicitario. En fin, lo embarazoso no es la falta de potencia sexual, sino que se utilice para vender un seguro de salud.

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