Una verdad revelada por el tiempo

En la colonia siempre se vive en la precariedad y el sobresalto, en una eterna postración ante el poder metropolítico. Ahora, ante la inminente escasez de alimentos importados -- que en nuestro país alcanza el 85% de lo que se consume --  el lacayo residente en Washington le suplica al amo que nos exima por un tiempo de las leyes de cabotaje que impiden que podamos recibir barcos de carga de otros países. Estamos a merced de una Marina Mercante que, por problemas que no son de hechura nuestra, ha suspendido su servicio a Puerto Rico en un 30%.

Durante décadas, los independentistas hemos señalado lo opresivo que resulta para nuestra isla estar sometida a esas leyes de cabotaje. Los asimilistas, por razones obvias, nunca han querido quejarse. Los colonialistas disfrazados de autonomistas, abochornados por la falta de poderes, han pasado por alto la cuestión o sus reclamos han sido en extremo tímidos. Ahora, «con el agua al cuello y la marea subiendo», unos y otros mendigan desesperadamente la migaja de una exención temporal, sin tener el valor de exigir que no se nos aplique nunca.

La verdad siempre sale a flote.

Comentarios

jaimearturoesq ha dicho que…
Muy bueno tu comentario y el fondo de tu blog está genial

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