Pocos pero buenos

Aquí se insiste en la reducción en la matrícula de las escuelas públicas como otra señal de la debacle del país. Un signo de los tiempos apocalípticos que vivimos. No me lo parece. Es más, creo que tiene algo muy positivo.

Simpre se ha dicho que la enseñanaza se afecta significativamente cuando hay demasiados alumnos por salón de clases. No hay que tener un doctorado en pedagogía para entender que no es lo mismo tener 20 que 40 alumnos en un aula. A veinte se les enseña mejor porque hay mayor posibilidad de interactuar con ellos. La otra realidad es que muchos de los que van a la escuela van de mala gana y obligados por sus padres y por la ley. Mientras menos estudiantes, mayor la probabilidad de eliminar a esos estorbos del aprendizaje. No es elitismo, sino realismo, a base de la experiencia de muchos años como educando.

«Menos perros, menos pulgas».

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