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Mostrando entradas de marzo, 2015

Los médicos chinos

El problema con el anunciado plan quinquenal del Gobierno es que va a descansar en los estimados de recaudos del Departamento de Hacienda para ese periodo. Pero, la realidad histórica es que Hacienda nunca acierta en sus estimados para un año , así que cómo vamos a confiar en algo a más largo plazo. Creo que haríamos mejor consultando a los «babalaos» de la santería que contrató Doral Bank para ver si los sacaban del hoyo financiero en el que estaba. (Aunque, a decir verdad, Doral quebró, con todo y esos ritos estrambóticos.) Creo que los únicos que nos salvan son los chinos, que, dicho sea de paso, son los dueños de los americanos, pues son los tenedores de gran parte de su deuda pública, y un día de estos les van a decir " no ticket, no laundry."

La muerte y el Arzobispo

Sé que no se le pueden pedir peras al olmo, pero el Arzobispo asume otra postura que lo pone al borde de la irrelevancia social. No conforme con insistir histéricamente en oponerse al matrimonio homosexual -- que, dicho sea de paso, beneficiaría a muchos en su clero, si decidieran colgar los hábitos -- también está en contra de una ley para que, en el ejercicio del libre albedrío que el Dios en el que él cree nos ha dado, un enfermo terminal decida acabar con un sufrimiento sobrehumano. Su Excelencia no comprende que no todos tenemos la fuerza de espíritu que, estoy seguro, tendrá él para soportar esa prueba de manera indefinida, si Dios así lo dispone. Que Dios le dé mucha salud... y un poco de sabiduría.

Bhatia y sus bonistas

Se los dije el martes. El Presidente del Senado ha dicho categóricamente que cualquier cosa menos enmendar la Constitución para eliminar a los bonistas como acreedores preferentes del Pueblo de Puerto Rico. A Bhatia le enseñaron en Princeton que las deudas son sagradas y hay que pagarlas, cueste lo que cueste. Somos un país serio, y no vamos a quedar mal ante el mundo por nada del mundo. Mejor comemos tierra. Allá todos esos países que se han resistido a las pretensiones absurdas de bonistas y otros prestamistas usureros, violando el sagrado derecho de contratos. Es preferible hundirse; eso sí, con honor.

Por una «sana intransigencia»

La renuncia de José Rivera Santana como Director de Planificación del Gobierno Municipal de San Juan a 26 meses de asumir el cargo no debe sorprender. Es lo que le ocurre a los independentistas incautos que creyeron el canto de sirena de Carmen Yulín y sus famosas alianzas y compromisos con Reimundo y todo el mundo. Ese fracaso de Rivera Santana demuestra por qué no se pacta con el diablo, y hay que ser «sanamente intransigente». El hombre creyó que podía hacer obra dentro del Partido Popular y con la simpática de Carmen Yulín como alcaldesa. Ahora descubre que en el gobierno municipal «hay unos espacios muy limitados» y que «el espacio se me había agotado». A pesar de la elegancia con la que ha intentado disfrazar su renuncia, al buen entendedor... Sirva este caso de ejemplo a los independentistas que se vean tentados a aceptar cargos o puestos públicos en el Poder Ejecutivo y los gobiernos municipales, con la vana ilusión de colaborar a enderezar el rumbo torcido del Partido Popula...

El miedo de los mediocres

Admito que nunca he visto un ejemplar de las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico que tanta polémica ha desatado desde que se empezaron a ofrecer hace unos años. Quizá sea cierto que tengan uno que otro defecto o que resulten injustas para medir lo que los estudiantes saben e, indirectamente, lo que los maestros enseñan. Pero, conociendo la mediocridad intelectual en la que se desenvuelve el país hace décadas, sospecho que el lloriqueo de maestros y padres -- que llega a amenazas de boicot -- surge del miedo a que  se descubra lo flojos que son los estudiantes y sus profesores. Quien estudia con ahínco y se prepara bien no debe temerle a ningún examen o prueba, lo haga quien lo haga y venga de donde venga. Hay que aprender a asumir los retos en el mundo académico, que no son otra cosa que el anticipo de los que la vida nos depara.

Una «locura» lógica

Tal parece que alguien en la Asamblea Legislativa nuestra lee este espacio, pues hay tres legisladores que han tenido la «osadía» de proponer que se enmiende la Constitución para eliminar el privilegio de los bonistas de cobrar primero, y que el país se vaya al infierno después. Por supuesto que esta propuesta no tiene la más mínima posibilidad de ser siquiera considerada. Los bonistas son intocables, y el Gobierno de Puerto Rico, congénitamente temeroso y timorato, no se atreve a indisponerse con esa gente. De todas maneras, esos tres mosqueteros han propuesto romper esa camisa de fuerza constitucional, a riesgo de que se considere que los locos son ellos.

Cláusula constitucional leonina

Imagínese el lector una Constitución en la que se dispone: «Cuando los recursos disponibles para un año económico no basten para cubrir las asignaciones aprobadas para ese año, se procederá en primer término al pago de intereses y amortización de la deuda pública , y luego se harán los demás desembolsos de acuerdo con la norma de prioridades que se establezca por ley». ¿Y en qué país hay una Constitución con tamaño absurdo? Pues, en el nuestro, desde 1952, cuando los «próceres» de esa mítica generación del 40, en momento tan solemne, estuvieron más preocupados por asegurarle el pago a los acreedores y bonistas, que en  asegurarle al país una verdadera y digna Constitución, no una farsa para lavarle la cara colonialista a Estados Unidos en la ONU. De ahí viene que el Gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico se desviva por pagar sus empréstitos a como dé lugar, aunque el país se hunda, y se dice, con toda razón, que hay un deber constitucional de cumplir con los bonista...

La rabieta del Arzobispo

¡Bendito sea Dios! El señor Arzobispo está mal asesorado o no se ha dejado asesorar bien. Porque esa pataleta de «amenazar» al Estado con no celebrar más matrimonios civiles, como respuesta a la decisión del Estado de aceptar el matrimonio homosexual, es una niñería. Hombre, se entiende que él quiera defender la cristiandad -- como él la entiende -- de los efectos apocalípticos de avalar la «abominación». Pero, eso de chantajear al César con no hacerle más el favor de llenarle el acta matrimonial e ir a inscribirla es cosa muy fea. Resulta indigno de una figura como la suya -- respetada por sus posiciones en otros asuntos públicos -- recurrir a sacarle en cara hacer ese trámite, y puntualizar el factor económico de por medio. Francamente, tengo mis serias dudas de que el presupuesto gubernamental se vaya a ver muy afectado por este arrebato arzobispal. Por supuesto, no descarto que esto sea una jugada para las gradas eclesiásticas, y que Su Excelencia no esté tan ofendido nada...

¿Y nuestras abuelas «aonde» están?

La inminente visita de la dirigente de las Abuelas de la Plaza de Mayo pone sobre el tapete en nuestro país el conformismo de la mujer puertorriqueña con el régimen que sistemáticamente le arrebata la vida, la salud física y la salud mental de sus hijos y sus nietos. Con la excepción de la organización Madres Contra la Guerra -- de reciente cuño y poca trascendencia -- las madres y abuelas puertorriqueñas han aceptado resignadamente el sacrificio inútil de sus vástagos en las aventuras guerreristas de Estados Unidos. Peor aun, muchas se sienten honradas y orgullosas de que  ellos hayan muerto en Afganistán e Irak,  para mencionar los dos ejemplos más recientes del uso de nuestros jóvenes como «carne de cañón» de los americanos. Otro ejemplo de cómo el coloniaje corrompe hasta las relaciones más sagradas y sublimes de los seres humanos.

Una verdad revelada por el tiempo

En la colonia siempre se vive en la precariedad y el sobresalto, en una eterna postración ante el poder metropolítico. Ahora, ante la inminente escasez de alimentos importados -- que en nuestro país alcanza el 85% de lo que se consume  --  el lacayo residente en Washington le suplica al amo que nos exima por un tiempo de las leyes de cabotaje que impiden que podamos recibir barcos de carga de otros países. Estamos a merced de una Marina Mercante que, por problemas que no son de hechura nuestra, ha suspendido su servicio a Puerto Rico en un 30% . Durante décadas, los independentistas hemos señalado lo opresivo que resulta para nuestra isla estar sometida a esas leyes de cabotaje. Los asimilistas, por razones obvias, nunca han querido quejarse. Los colonialistas disfrazados de autonomistas, abochornados por la falta de poderes, han pasado por alto la cuestión o sus reclamos han sido en extremo tímidos. Ahora, «con el agua al cuello y la marea subiendo», unos y otros mendigan ...

¿Ahora?

«Aunque Puerto Rico tiene gran parte de la culpa, EE.UU. también es responsable de la crisis económica». Quien así se expresa es el exgobernador Aníbal Acevedo Vilá, el «prócer» que sentenció que Puerto Rico tenía lo mejor de dos mundos en su relación con Estados Unidos. Pues, parece que, desde que los americanos por poco lo meten preso por corrupción, el hombre ya no piensa igual de sus conciudadanos del Norte, y ahora ha descubierto el Caribe en el siglo XXI, es decir, que los americanos no tienen la sucursal del Cielo en la Tierra. Por otra parte, cuando Aníbal admite que Puerto Rico tiene gran parte de la culpa, lógicamente  incrimina a su Partido Popular y se incrimina, como Gobernador de 2005 a 2008, ambas fechas inclusive. Porque la emisión exagerada de deuda no ha sido obra exclusiva del Partido Nuevo Progresista. Tampoco las malas decisiones administrativas. Así que este Salvador -- segundo nombre suyo -- tampoco tiene perdón de Dios.

Oportunismo a dos bandas

En la controversia acerca del matrimonio homosexual hay algún oportunismo de ambos lados. Ciertas personas lo favorecen, no porque crean en la justicia del reclamo, sino porque quieren congraciarse con ese sector poblacional buscando apoyo electoral. Otros se oponen por esa misma razón, es decir,  porque andan detrás del apoyo de quienes, casi siempre por razones religiosas, rechazan el matrimonio de personas del mismo sexo. En uno y otro caso hay cálculo, dejando a un lado los méritos de la cuestión. En nuestro caso, algunos de los que se oponen tienen la salida perfecta. Si el Tribunal Supremo de Estados Unidos avala estos matrimonios, ellos no quedan mal ante las personas con las que buscaron congraciarse, pues  el asunto no estaba en sus manos, y hay que acatar ese dictamen. Si el resultado fuera contrario -- algo que luce improbable en este momento -- aquí paz y en el Cielo gloria.

Lo que no es de César

No puedo dejar pasar la comparecencia de César Miranda, nuestro Secretario de Justicia, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la cual hizo el papel triste de tener que admitir la impotencia de nuestro gobierno ante las decisiones de última instancia de Estados Unidos. El pobre hombre, en el ocaso de su vida, ha tenido que pasar por este bochorno en una audiencia de naturaleza continental. Si había alguien en este hemisferio que no tenía clara la naturaleza de la relación entre Puerto Rico y Estados Unidos, ya no puede tener duda alguna. Hubo una época en la que Muñoz Marín y sus acólitos iban a Wahington a decir una cosa, y regresaban a San Juan a decir otra. Ese doble discurso se acabó hace tiempo. Ahora todos lo sabemos todo, y las mentiras son cada día más difíciles de sostener. Los funcionarios puertorriqueños quedan retratados en toda su inocuidad, tutelados como menores de edad o incapaces, pese a sus títulos rimbombantes.

El padrino y sus ahijados

Aunque no hacía falta, las revelaciones más recientes acerca de los manejos en la contratación de las empresas de la familia Crespo confirman lo impropio de ese proceder. Evidentemente, el patriarca de los Crespo es una especie de «Padrino» que ha bautizado y continúa bautizando ahijados en las huestes del Partido Popular, desde la época de Muñoz Marín -- dicho por él mismo -- hasta nuestros días. Ergo lo alto de su vara en la administración pública del partido de gobierno. Por supuesto, para los beneficiarios de esa munificencia, el hombre es un prócer; un ciudadano sobre toda sospecha. Así corrompen el cheque y los puestos a los que se dan golpes de pecho por la honradez gubernamental del pasado y el presente.

El desinterés imperial

Por lo que se publica, parece que el representante Bishop, presidente de la Comisión de Recursos Naturales -- con jurisdicción sobre los asuntos de Puerto Rico, pues somos una mera posesión de Estados Unidos -- no tiene mucho interés en esta isla. Sus declaraciones trasmiten un desgano disfrazado de neutralidad y deferencia al resto de la Comisión. No creo que este sea uno de esos «amigos de Puerto Rico» de los que se nos viene hablando desde la época de Muñoz Marín, y en cuyos buenos oficios descansan los colonialistas de este país. Así continúa la situación humillante de este país ante los ojos del resto del mundo, que ni sonroja a quienes disfrutan de las prebendas del menguado poder colonial.

El hombre que decía admirar a Mandela

Mientras el país se entretiene con uno y mil temas -- algunos de dudosa importancia --  Oscar López Rivera continúa en el cautiverio imperial de Estados Unidos. Crece el reclamo de la nación puertorriqueña y el de  muchas otras voces con distinto acento, pero Obama hace caso omiso, entretenido haciendo bromas en foros periodísticos y televisivos. Ofendido por la ofensa a su esposa, mas no consciente de la ofensa a los derechos humanos que él, sabedor de muchas cosas, sigue perpetrando con saña singular. Cada día que Obama deja pasar sin excarcelar a Oscar es uno más de una cruel y tiránica indiferencia que lo desprestigia ante las buenas conciencias del mundo. ¡Qué momento terrible ese, algún día cuando, a solas, se dé cuenta de su falta de humanidad! Ojalá no tenga que soportar el peso adicional de la muerte de Oscar tras las rejas.

El derecho humano de Puerto Rico

Sobrada razón tiene Rubén Berríos Martínez, Presidente del Partido Independentista Puertorriqueño, al reclamar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su evaluación de nuestra situación, tome en cuenta la violación mayor a los derechos humanos: la subordinación política  a Estados Unidos en la relación colonial. Pasar por alto esta flagrante violación al derecho internacional sería una omisión monumental incomprensible. Ocuparse de lo menos y guardar silencio ante lo más sería descargar solo parcialmente la responsabilidad de dicha entidad de llamar la atención pública hacia un atropello de nuestra nacionalidad próximo a cumplir 117 años.

¿Jugando a la república?

¡Quién lo hubiera dicho! Aquellos que ayer hablaban mal de «esas republiquitas» hoy buscan deseperadamente hacer negocios con ellas. Que alcaldes del Partido Nuevo Progresista, como los de Arecibo y Manatí, se reúnan con alcaldes dominicanos para aprender de ellos y establecer acuerdos de cooperación económica resulta raro, habida cuenta de que ellos, como asimilistas y americanos 100%, siempre han pensado que fuera de Estados Unidos no hay nada que buscar, y que siquiera pensar acercarse a otros países sería traicionar a su «nación». O, como les gusta decir, «jugar a la república». Ahora, cuando ven que los americanos no tienen gran interés en sacarnos las castañas del fuego, empiezan a tornar sus ojos al entorno caribeño y latinoamericano, como mercado y oportunidad de echar adelante sus municipios. Algo similar hace el gobierno central, cuando se da cuenta de que Washington lo abandona a su suerte. Quizá, poco a poco, esto convenza a los asimilistas y a los autonomistas de que h...

Da lo mismo Juan que Pedro

¡Y todavía hay gente que habla de la «autonomía» de la que disfruta Puerto Rico en su relación con Estados Unidos! La pobre Secretaria de Salud -- como el resto de sus  colegas funcionarios -- se ve en la penosa situación de anunciarle al país que tiene que hacer unos cambios al funcionamiento de la agencia que dirige, para cumplir con unas directrices del Gobierno de Estados Unidos. En este caso se trata de la emisión de certificados de nacimiento, matrimonio y defunción por parte del Registro Demográfico, ente gubernamental adscrito al Departamento de Salud. Hace cinco años, a los americanos se les antojó cambiar hasta el papel oficial en el que se imprimen estos documentos, y hubo que correr para complacerlos. Ahora, como sigue el uso ilegal de la identidad de la gente, por parte de extranjeros que se quieren colar en Estados Unidos, los yanquis ordenan que se cambien otra vez algunos elementos de los certificados aludidos. Y nosotros obedecemos mansamente. Por eso, he dicho...

"Livin' la vida loca"

Desde hace tiempo se denuncia el problema de salud mental como uno de los más agudos dentro del marco de la salud general. Adicciones, crimen y violencia general apuntan, en gran medida, a la prevalencia de perturbaciones mentales como raíz de esas conductas antisociales. Lo que agrava ese panorama ya sombrío es el destaque que se hace de su incidencia en los jóvenes. La razón es obvia. Un país cuya juventud esté aquejada de serios problemas de salud mental tiene un triste futuro. Corresponde al Estado dedicar los recursos necesarios para atender una crisis social actual y futura como la que se proyecta.

Alejandro, el mínimo

A estas alturas del juego político puertorriqueño, el partido de gobierno ya lo ha dado por perdido. Hace tres años apostó a un joven apuesto pero claramente cabecihueco, y su ineptitud y tozudez lo ha condenado al fracaso electoral en noviembre de 2016. El país se le ha volcado en contra, y el daño es irreparable. Muchos de los que se dejaron confundir por el espejismo de galanura y simpatía, ahora guardan embarazoso silencio o lo condenan muy en privado. Los que por «sana intransigencia» nunca nos hemos dejado engañar prestando nuestro voto a los enemigos de la nacionalidad y la patria tenemos la conciencia tranquila porque no ayudamos a elegir a ineptos, por conveniencia personal o familiar, o por adhesión partidista ciega. A esos les recuerdo la distinción que, en un momento de lucidez moral, hiciera Muñoz Marín entre la buena vida y la vida buena. ¡Qué lástima vender la conciencia por un cheque!

Locura legislativa

En estos días, por la discusión del propuesto IVA, se escucha la exigencia de achicar el gobierno, con el fin de reducir el gasto público. Dejando a un lado la dificultad de decidir las agencias que deben ser eliminadas, hay que señalar algo que he mencionado antes: no es posible seguir aprobando legislación que asigna deberes, responsabilidades y tareas adicionales a las agencias gubernamentales. Resulta absurdo que, por ejemplo, el Presidente del Senado pida que se reduzcan $1,000 millones  del gasto público, cuando el Senado que él preside y la Cámara de Representantes siguen aprobando docenas de leyes que le impone al Poder Ejecutivo un sinnúmero de encomiendas para las cuales hacen falta personal y otros recursos. Resulta sencillamente absurdo y contradictorio ejercer el poder legislativo de esta manera, sobre todo en estos momentos de crisis fiscal y presupuestaria en el país. Pero, esto es parte de la enajenación nuestra de cada día.

Corrupción moral pueblerina

La presentación de cargos por acoso sexual contra el alcalde de Guayanilla da pie para una reflexión, más allá del delito. En éste y otros casos de mala conducta alcaldicia en nuestros pueblos se manifiesta una actitud en parte de la población, que habla muy mal de la gente. Primero, están los incrédulos, que no quieren aceptar que su líder político sea un ladrón o tenga otras malas costumbres. Esa gente siempre saca a relucir que el alcalde o la alcaldesa son excelentes seres humanos. (Probablemente porque les ha hecho algún favor a ellos o a sus familiares.) Segundo, están los que minimizan el delito o la falta imputada, contrastándola con todo lo bueno que ha hecho el incumbente. Por lo tanto, para ellos, esa persona merece que no se le tome en cuenta ese desliz. Tercero, están los que no les va ni les viene lo que ocurra. Son los «tibios» de los que habla la Biblia. Toda esa gente volvería a votar por el imputado. (De hecho, muchas veces, lo reeligen, a sabiendas de que no son mu...

Mala administración judicial

El largo lamento judicial por los ajustes que tienen que hacer debido a la situación presupuestaria pone de manifiesto, indirectamente, los desaciertos administrativos que han lastrado la administración de los tribunales desde hace años. De la lista de cosas que han eliminado y tendrán que seguir eliminando surgen claves de los gastos que hundieron la economía de la judicatura: proyectos faraónicos, gastos dispendiosos y programas insostenibles. En algunos casos, la implantación dilatada de mecanismos modernos, que ahora se juzga «costosa». Al Poder Judicial puertorriqueño le pasó lo mismo que al resto del gobierno: quiso vivir más allá de sus posibilidades económicas. Y ahora está en la calle y sin llavín.

La pandilla de los cuatro

Hace mucho tiempo, el profesor José Arsenio Torres dijo que el Partido Popular Democrático padece de «unidad perniciosa», es decir, de una tendencia enfermiza a llevar la unidad partidista por encima de la verdad y otros valores importantes. La declaración conjunta de cuatro expresidentes -- dos de ellos exgobernadores -- de ese partido en respaldo del actual incumbente en lo que al IVA y el resto de la propuesta reforma contributiva se refiere es prueba del diagnóstico del profesor. Y es que no podía ser de otra manera, no solo por solidaridad partidista, sino por la complicidad de los individuos en cuestión. El PPD bajo ellos fue parte de ese desboque prestatario que llevó al país a la ruina; por lo tanto, tienen un interés muy particular en justificar a ultranza la movida del gobierno actual. Ellos y otros quieren dar la impresión de que toda la culpa -- o la mayor parte de ella -- la tiene la administración gubernamental anterior del Partido Nuevo Progresista. Pero, todo el mundo...

La quiebra de la ideología oportunista

Los sobrinitos puertorriqueños del Tío Sam andan como locos y sin idea, buscando que él los saque del hoyo económico en que, conjuntamente, metieron a nuestro país con su irresponsabilidad fiscal durante décadas. El Gobierno de Puerto Rico se dedicó a tomar prestado de manera irrestricta, con las ahora infames emisiones de bonos, y ahora la deuda es tan grande que resulta impagable. Pero, había que «hacer obra». Porque eso es «el progreso que se ve», lema muñocista con el que se quiso encubrir los disparates moscosianos, acallar la disidencia responsable y silenciar la oposición leal. La quiebra económica de hoy es el resultado de la quiebra intelectual y moral de dos generaciones dóciles y sumisas ante un caudillo insular y el amo del Norte. Ahora se gastan $45 millones en cabilderos y consultores -- americanos, por supuesto -- para mendigar en Washington que le resuelva el problema que la clase dominante criolla creó en este tinglado falso de prosperidad. Tan falso como el Estado...

Ya lo sabíamos...

¡Qué noticia! El Departamento de Justicia federal de Estados Unidos acaba de documentar el racismo rampante en la policía de Ferguson, Misuri, en un estudio hecho a raíz de la muerte del negro Michael Brown a manos del policía blanco Darren Wilson. Las cifras son irrefutables, pero no deben sorprender a nadie. Estados Unidos es un país profundamente racista. Nació así y ha crecido así.  Creer otra cosa porque tiene un presidente negro es una inocentada. Cualquier estudio similar que se haga en el resto de esa nación va a arrojar resultados parecidos. Los negros en Estados Unidos tienen una presunción de culpabilidad. Sus actos son siempre sospechosos de actividad delictiva cometida o por cometerse. Y en un país donde siempre ha imperado la ley del revólver, la policía no lo piensa dos veces para caerles a tiros primero y averiguar después, inventando cualquier excusa para justificarse.

Administración de empresas 001

Me parece que hay entidades, personas y sectores de nuestra economía que se aprovechan del desasosiego imperante en el país para justificar su fracaso comercial o profesional, y reclamar subida de precios y exenciones tributarias, al igual que ayudas gubernamentales. La realidad es que la quiebra de muchos negocios nada tiene que ver con el costo de los servicios públicos o la estructura contributiva, sino con malas decisiones gerenciales en múltiples renglones. Hay negocios que nunca debieron ser establecidos. Otros están mal ubicados. Aun otros tienen inventarios demasiado grandes para un mercado. Hay quienes quieren venderlo todo a precio de oro. Los negocios familiares, muchas veces, tienen que soportar la carga de una parentela grande y no del todo productiva, que termina hundiéndolos. Algunos empresarios no se modernizan. Y todos quieren tener un margen de ganancia obsceno. Por supuesto, nada de esto se admite. Es más fácil culpar al gobierno. Al que sea.

Lo peor de este mundo

Como si hiciera falta alguna prueba adicional de la indefensión de Puerto Rico, a causa de su subordinación política a Estados Unidos, ahí están las declaraciones del consultor financiero y exejecutivo del Banco Mundial. El hombre ha puntualizado que, como Puerto Rico no es miembro del Banco Interamericano de Desarrollo ni del Fondo Monetario Internacional, es Estados Unidos el que tendría que solicitar la ayuda de estas entidades. Es decir que, al no tener personalidad jurídica internacional, no podemos ser miembros del BID ni del FMI y, por consiguiente, tiene que ser nuestro «tutor» el que haga esa gestión por nosotros. Si quiere. Así de desvalido está el país que el exgobernador Aníbal Acevedo Vilá tuvo el descaro demencial de decir que disfruta de «lo mejor de dos mundos».

La verdad sencilla

La crisis económica por la que atravesamos ha llevado a algunos, que todavía no lo habían aceptado, a empezar a darse cuenta de que la subordinación política a Estados Unidos es un impedimento mayor para que tomemos las decisiones que más nos convengan para solucionar nuestros problemas. Esas voces comienzan a plantear lo que los independentistas hemos dicho durante décadas: nuestro país no puede vivir al arbitrio o el capricho de los americanos; ni siquiera a merced de su benevolencia.  No solo es indigno, sino nada práctico. La dependencia -- sobre todo al grado nuestro -- de otro país es indeseable desde todo punto de vista. No hace falta insistir en algo tan evidente. Solo la enajenación de la realidad que siglos de coloniaje produce en nuestra gente explica que no se entienda una verdad tan sencilla. Quizá la crisis que nos golpea tan duramente nos saque del letargo moral en que hemos vivido toda la vida.