Representantes del imperio

El nombramiento de una puertorriqueña como representante de Estados Unidos ante la OEA es otra ocasión para reflexionar sobre nuestra situación política en el plano internacional. En este caso, no se puede pasar por alto la ironía de ser parte de una organización a la que el país propio debería pertenecer de pleno derecho, pero no es así por no ser un estado soberano. Entonces, se representa al país que, precisamente, impide que eso sea así.

Al igual que en los casos anteriores de funcionarios puertorriqueños en el servicio diplomático de Estados Unidos, uno se tiene que preguntar si esa ironía no les golpea de alguna manera la conciencia o le produce algún embarazo en su relación con otras naciones, especialmente, de la comunidad latinoamericana, toda vez que ello puntualiza la ausencia de Puerto Rico y su falta de personalidad internacional.

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