Amiguismo por los cuatro costados

La reacción inicial al nombramiento de Maite Oronoz al Tribunal Supremo de Puerto Rico ha estado centrada en el asunto de su lesbianismo confeso. Se trata de un desacierto en el discurso público; no solamente porque no hay razón válida alguna para ello, sino porque distrae de la verdadera cuestión de por medio: el amiguismo como criterio en la administración pública. Por boca del Gobernador, el país conoce los estrechos vínculos personales entre él y la familia Oronoz Rodríguez. Si bien el compadraje ha existido siempre en la política, en este caso, se da al cuadrado. No ha habido el menor pudor en favorecer a una persona cuya familia es afecta al Gobernador desde hace mucho tiempo, y que hace campaña activamente -- incluso recaudando fondos -- para su elección.

Al Gobernador le han pasado la factura, y la ha pagado, a cuenta de la institucionalidad judicial al más alto nivel en esta ínsula. Con ello, el partido de gobierno se asegura una jueza -- con toda seguridad presidenta dentro de dos años --  incondicional durante los próximos 32 años.

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