Una mala cosecha

La prensa destaca la situación de nuestros obreros agrícolas migrantes a Estados Unidos, y los problemas personales y familiares que ello acarrea. Esta situación es el resultado del abandono en el cual el Gobierno de Puerto Rico sumió a la agricultura del país. Cegadas por la industrialización, durante décadas, una administración gubernamental tras otra prefirieron sembrar cemento a sembrar lo que debía ocupar lugar preponderante en la mesa puertorriqueña. Una mesa cuyo 85% es foráneo, encareciendo nuestra vida y colocando nuestra seguridad alimentaria en precario.

De no haberse tomado esas funestas decisiones del pasado -- sostenidas hasta hace muy poco -- hoy tendríamos una economía balanceada, un país más saludable, y unas oportunidades de empleo que harían menos necesaria esa emigración de braceros nuestros buscando su pan en otras tierras.

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