Un expediente revelador
La información que se publica hoy sobre los casos -- sospechosamente pocos -- de disciplina judicial en la última década es harto elocuente acerca del mal que aqueja a la Judicatura. El resumen de las faltas contrasta marcadamente con la sanción impuesta. A jueces que han hecho barbaridades se les «regaña» o suspende por un corto periodo, o se les permite renunciar. En fin, las sanciones son ridículas, pues no reflejan la gravedad de los actos impropios en que han incurrido los jueces y las juezas.
Ante una larga trayectoria de condescendencia, no es de extrañar que haya un sentido de impunidad cuyas manifestaciones actuales empiezan a ser evidentes, según se investiga con lo que uno supone es verdadero interés de limpiar la casa.
Ante una larga trayectoria de condescendencia, no es de extrañar que haya un sentido de impunidad cuyas manifestaciones actuales empiezan a ser evidentes, según se investiga con lo que uno supone es verdadero interés de limpiar la casa.
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