Investigación tardía no es investigación

La admisión de que la Judicatura investigaba ya al juez cuya casa se ha allanado, y que ahora se ordena un procedimiento investigativo «expedito», deja mal parado al Poder Judicial en este caso. La pregunta que debe hacerse es desde cuándo se investiga al juez, y por qué no se ha concluido esa pesquisa que ahora se quiere tramitar de manera expedita. El país conoce desde hace tiempo unos indicios de que algo andaba mal; bastaba leer la prensa para tener «motivos fundados para creerlo».

La investigación de un funcionario judicial debe hacerse oportunamente, es decir, no debe esperarse a que la situación sea un escándalo público o que sea vox populi para llevarla a cabo. También debe hacerse diligentemente, sin dilaciones para dar margen a jubilaciones, muertes o renuncias, y así no tener que admitir verdades inconvenientes, contrarias a la imagen de una judicatura intachable.

Una vez más el país se queda con la impresión de que las autoridades puertorriqueñas van siempre a la zaga de las de Estados Unidos en estas cosas.  Y después se rasgan las vestiduras, cuando los federales les cantan las verdades...

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