Una mala lección

Lo menos que se puede decir de las visitas de agentes de seguros a las escuelas públicas, a vender seguros para el retiro de los maestros, es que es de un mal gusto que raya en el oportunismo. Aunque todos tenemos derecho a hacer negocio y procurar nuestro bienestar económico, la escuela no es lugar ni este es el momento para aprovechar tan burdamente la zozobra de la clase magisterial ante la degradación de su retiro. Ha sido una falta de criterio autorizar ese acceso. Esa gestión de negocios debe hacerse a través de la Asociación de Maestros y la Federación de Maestros, o de manera individual, fuera de los planteles y de horas laborables.

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