Un mal fundamento

Me parece un error plantear que debamos legalizar la marihuana para, entre otras cosas, recaudar ingresos sobre su tributación. Esa mentalidad es típicamente americana, pues allá todo se ve como un negocio. Si se legaliza la marihuana debe ser por razones estrictamente salubristas, y para evitar seguir castigando penalmente por algo que no lo amerite.  El elemento contributivo en la ecuación no debe figurar de manera prominente, sino como una consecuencia secundaria del cambio que se propone.

La situación económica del país no nos debe llevar a echar mano de cualquier cosa para solucionarla. Es momento de aguzar el ingenio para ser más productivos, pero el fomento de vicios no debe ser una opción dentro del repertorio de remedios. Bastante enajenados andamos, como para apoyar ahora toda clase de conductas meramente porque las podamos gravar para beneficio del fisco.