Ni de cuerpo presente

No debería sorprendernos el resultado de la investigación periodística sobre la asistencia de los legisladores a los trabajos de su cargo. Se trata de un viejo problema que se repite de cuatrienio en cuatrienio. Es una desfachatez aprendida y pasada de una generación a otra. Después de hablar tanto de cambio y reforma, siguen con las mismas malas costumbres de siempre. Lo que les interesa es cobrar y nada más. Por eso es que la legislación que producen es tan deficiente. Ni siquiera van a las audiencias de las comisiones, a enterarse de lo que se plantea con respecto a los proyectos de ley. En fin, legislan a tontas y a locas, para luego tener que, poco tiempo después, enmendar lo aprobado impensadamente.

Por eso, el país votó a favor de una sola cámara legislativa, mandato que ha sido ignorado por esos mismos irresponsables.

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