El diablo ha venido a cobrar

No se puede vivir de préstamos; ni los individuos ni los países pueden hacerlo. Esta verdad sencilla fue reiteradamente ignorada durante décadas por los gobiernos de Puerto Rico. El afán de «hacer obra» -- alguna de ella faraónicamente desproporcionada con el país -- llevó a nuestros gobernantes locales -- porque los verdaderos están en Washington -- a emitir bonos, como si no hubiera que pagarlos. Como nos creemos «americanos», hemos querido vivir a la altura de ellos, teniendo todo lo que ellos tienen, aunque no lo podamos pagar. Keeping up with the Joneses, dirían allá.

Pero, al igual que le pasa a quien gasta más de lo que tiene, y vive a base de comprar descontroladamente con tarjetas de crédito, llega el día en que no se puede pagar toda esa deuda. La historia pudo haber sido otra, si nos hubiéramos conformado con una vida más modesta, a la medida de nuestras posibilidades reales. El progreso hubiera sido más lento pero más real y sólido. Ahora, el castillo de naipes se ha venido abajo.

Olvidemos las «villas y castillas», y reconstruyamos nuestra casa con materiales del país.

Comentarios

Entradas populares