Para evitar enfermarse

El tema de la medicina preventiva, aunque importante, es secundario a la prevención fundamental: vivir saludablemente. Más que ocuparnos en acudir con regularidad al médico -- casi siempre a los médicos -- para que nos rebusque y trastee, a ver qué encuentra, debemos alimentarnos bien, descansar adecuadamente, evitar los excesos y los vicios. Si hacemos todo eso de manera consecuente, habrá que ir al doctor muy poco y con buenos resultados. Claro que enfermaremos, pues hay causas ambientales o genéticas que nos predisponen para ello, pero será por excepción.

La hipocondria o una preocupación patológica por la salud lleva al abuso de los servicios médicos que hoy se denuncia. Hay un peligro real en revisarse con demasiada frecuencia: los falsos positivos y otros errores en los análisis de laboratorio, dando lugar a diagnósticos equivocados y tratamientos innecesarios, amén de consumo de fármacos que terminan haciendo más daño que bien. La salud, como la salvación, es individual: depende, en gran medida, de las decisiones que hacemos cotidianamente durante buena parte de la vida.

Vivir saludablemente no es un misterio. Abunda la información al respecto. Es cosa de alplicarla, y no pensar tanto en doctores y pastillas.

Comentarios

Alex ha dicho que…
Palabras con luz.

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