El coloniaje, en directo y a todo color

La denegatoria del cambio de licencia de la telemisora WIPM, de una educativa a una comercial, amerita un par de comentarios. El primero es que se trata de una muestra de una política pública -- a veces abierta, a veces solapada -- de entregar los haberes públicos al sector privado o, cuando menos, darles un sesgo comercial o con fines de lucro. La denuncia de que se pautaban anuncios comerciales, en violación a la licencia educativa, lo señala.

Más allá de los méritos intrínsecos del asunto, la controversia pone de manifiesto, una vez más, la subordinación de Puerto Rico a Estados Unidos. Las comunicaciones, como todo lo demás, están en manos del gobierno federal de ese país. Por lo tanto, las licencias, las querellas y cualquier otro trámite relacionado con las emisoras de radio y de televisión se gestionan ante la Federal Communications Commission. Los puertorriqueños no tenemos en nuestras manos controlar lo que en cualquir otro país es parte de las facultades de su gobierno.

Juzgue el lector puertorriqueño o extranjero si somos una colonia de Estados Unidos.

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