Dinero quemado

La situación de los bomberos en Puerto Rico es verdaderamente alarmante. Tal parece como si, concentrado en atender el problema del crimen, el gobierno se hubiera olvidado de esta otra vertiente de la seguridad pública en el país. La falta de personal y de equipo en buenas condiciones constituye una negligencia de marca mayor que pone en riesgo a la comunidad. Que en la mitad de las estaciones haya un solo bombero por turno es escandaloso. También lo es que se tenga que compartir un camión bomba entre dos o tres estaciones. En fin, la atención de los incendios en nuestro país es, francamente, tercermundista.

Con el millón y pico de dólares que se le ha pagado en once años -- no puede decirse que se lo ha ganado -- al representante Rivera Guerra, tendríamos un mejor cuerpo de bomberos y una Asamblea Legislativa menos mala.

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