«Número equivocado»

La locura de la gente con los celulares --o móviles, como le llaman en algunos lugares a los teléfonos portátiles-- no tiene límites. Ahí tienen el caso de Edison Misla Aldarondo, exPresidente de la Cámara de Representantes sentenciado por delitos sexuales contra menores y corrupción contra mayores. El hombre lleva ocho años preso, y ya estaba en una de esas instituciones intermedias entre la cárcel y la libre comunidad, por su buen comportamiento, encaminándose a salir pronto.

Pues, le han encontrado un celular--cosa prohibida en los penales--y ahora se enfila hacia la cárcel nuevamente. Probablemente se trate de la misma actitud de impunidad y prepotencia que lo llevó a delinquir desfachatadamente. A lo mejor necesitaba el teléfono para empezar a mover sus fichas afuera, anticipando su salida. Sea como fuere, el hombre ha dado un paso atrás en su proceso de «rehabilitación», con esta muestra de indisciplina y burla de las normas penitenciarias.

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