Catolicismo = oscurantismo

La Iglesia Católica no se resigna a su papel secundario en las sociedades laicas y pluralistas; pretende seguir mandando e imponiendo sus criterios medievales. Ahí está el obispo de Arecibo metiendo la cuchara en la educación sexual en las escuelas públicas. Como el sexo es anatema para los curas, el monseñor no quiere que se hable de ello en la escuela. La Iglesia es fanática del oscurantismo en todas sus manifestaciones. O quizá teme que, si se orienta a los estudiantes, no sean presa fácil de los pedófilos que permean el clero y ellos protegen tanto.

Hombre, pero, ¿a quién se le ocurre hacerle caso sobre el sexo a alguien que no lo practica? Los curas y las monjas son las personas menos indicadas para opinar sobre estas cosas. Como ellos han renunciado a esa parte de la vida, creen que la abstinencia absoluta es la solución a todos los males, que el sexo es solo para la procreación dentro del matrimonio, eso sí, sin mucho disfrute, como un deber sacramental y algo así como trimestral.

Es que, como he dicho antes, esta es la misma gente a la que le tomó 400 años reabrir el caso de Galileo para, muy a regañadientes, admitir que él tenía razón.