«F» a los padres

El comienzo del nuevo año escolar trae consigo la letanía de lamentos de estudiantes y de sus padres y las loas de los administradores de turno a lo que se ha logrado. Si bien el sistema público de enseñanza tiene múltiples carencias, deficiencias e insuficiencias adjudicables al gobierno, no es menos cierto que la comunidad tiene su cuota de responsabilidad. Todos los años somos testigos del vandalismo que afecta planteles en toda la isla. Hay también otros desórdenes producidos por estudiantes que van a la escuela a continuar el bandidaje que practican en la calle. La escuela, entonces, tiene que lidiar con unos problemas de orden público y seguridad, para los cuales no está preparada ni le debe corresponder estarlo. Pero, éstos no son problemas de la escuela y sí de la comunidad.

En otro orden de cosas, la comunidad tiene un peso decisivo en el aprovechamiento escolar. Padres que no le proveen un ambiente adecuado ni un ejemplo de amor al estudio no pueden pretender que sus hijos sean buenos estudiantes y aprendan mucho. La realidad es que muchos padres quieren que la escuela se encargue de la educación de sus hijos, sin que ellos tengan que intervenir, seguramente porque le tenían odio a la escuela o fueron estudiantes mediocres y les fastidia asumir la responsabilidad de ayudar a que sus hijos se eduquen bien. Por eso, lo más fácil es echarle toda la culpa a la escuela por el fracaso de sus hijos.

Comentarios

Roberto Ariel Fernández ha dicho que…
¡Bien escrito! Definitivamente, las escuela no pueden, ni deben, hacerlo todo solas, sin cooperación alguna de la comunidad. Yo soy producto de una escuela pública que tenía apoyo de los padres y de la comunidad. Por eso la educación era de buena calidad. Ese apoyo se esfumó y es una de las causas principales de la debacle educativa que sufrimos.

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