La humillación del imperio

El golpe ha sido doble: Standard & Poor's ha degradado el crédito de Estados Unidos y los chinos le han dicho públicamente que no pueden seguir cogiendo «fiao». Más allá de las consecuencias económicas de ambas cosas, lo que más les duele a los americanos es la humillación mundial a la que se ven sometidos en estos días. El país más arrogante de los últimos dos siglos exhibe una creciente vulnerabilidad ante el resto del planeta. Ese Tío Sam, tan dado a poner condiciones a todos y a regañar a los demás, cuando las cosas no se hacían a su capricho, ahora necesita de la comprensión de su gente y de la de otras partes del globo.

Quienes una vez creyeron que no había nada mejor que «arrimarse a ese árbol», ahora ven que «el tronco les cae encima». Es evidente que la de Estados Unidos es una economía ficticia e inflada, basada en la especulación exagerada, más que en una producción sólida de bienes y servicios. Vivían la fantasía de un crecimiento perpetuo y un financiamiento irresponsable, para disfrutar de un nivel de vida irreal.

La realidad les acaba de dar un one, two punch en la cara, que los ha tirado de culo.