Una reliquia inservible

Pues, conmigo que no cuenten. No voy a pagar ni cinco centavos para que me entreguen la correspondencia en mi casa. La quiebra del Servicio Postal de Estados Unidos es su problema. El servicio es pésimo, y la actitud de muchos de sus empleados, «peor». Se merecen la quiebra.

De todos modos, el correo está passé; va por el mismo camino del telégrafo. Su obsolescencia es manifiesta, pero se pretende mantenerlo con vida artificialmente, por un imbécil orgullo nacional.

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