Una falta de sensibilidad monumental

Que haya una tienda de souvenirs en el museo dedicado a los sucesos del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York prueba más allá de duda razonable el cinismo americano y su afán de lucro desmedido. Luego de llorar a moco tendido esa tragedia, y recordarle al resto del mundo todos los días cuánto la han sufrido, ahora aflora la característica nacional por excelencia: el afán de sacar partido económico de todo. Decir que la tienda es de pésimo gusto es decir poco. Los parientes de las víctimas están furiosos ante la afrenta de vender camisetas, gorras y tazones con el tema de su tragedia personal.

Vean los que creen que critico exagerada y viciosamente a los americanos. La vida misma me da la razón en mis juicios.

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