Hijos de la guerra

Una guerra prolongada en un país muy lejano, poblado por gente pobre a la que se considera inferior. He ahí el escenario para la procreación y abandono de miles de niños que hoy nos cuenta la prensa, a través de un caso en que a un exsoldado americano le ha tomado 40 años buscar a su hijo vietnamita. Se calcula en 100,000 esos «bastardos», repudiados por partida doble: por sus padres y por sus compatriotas, por ser hijos del «enemigo». Son parte de la devastación causada por el empecinamiento y la inconsciencia americana en Vietnam. Destruyeron el país, lo dejaron lleno de minas, lo contaminaron y dejaron niños sin padres, manchados por el estigma del invasor.

La noticia denuncia la indiferencia de muchos exsoldados al respecto; su hostilidad ante el reclamo de que asuman su responsabilidad como padres. No me sorprende. Es típico de la soldadesca de los imperios.

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