Un mal día

No entiendo cómo es posible que el Alcalde de Nueva York haya siquiera considerado la posibilidad de que la Maratón de Nueva York se celebrara mañana. Con todo lo que representa dicho evento para la ciudad, hubiera sido una burla e insensibilidad llevar a cabo esta actividad en este momento. Si bien la vida continúa, y no debemos echarnos a llorar y ponernos las manos en la cabeza indefinidamente, lo cierto es que la tragedia de la tormenta Sandy es demasiado grande y reciente, como para que se destinen recursos a algo que, en última instancia, no es ni puede ser prioritario, habida cuenta de la situación por la que se atraviesa. Afortunadamente, el hombre rectificó a tiempo, y se ha desistido de este desacierto.

Ya habrá otra ocasión más propicia para la tradicional carrera. Mañana no era el día.

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