«...ni tan poco»

Que se entienda bien: no me parece mal que se le dé una segunda oportunidad al joven exSargento de Armas de la Cámara de Representantes que tuvo que renunciar cuando admitió haber fumado marihuana. Lo que sí creo es que hacerlo solo siete meses después de esos hechos apunta a un trato preferente y a un mensaje equivocado. No olvidemos que el muchacho es hijo del alcalde de Fajardo.

Claro que todo el mundo tiene derecho a rehabilitarse, como alegan sus defensores, pero ese proceso no se da tan rápidamente. Además, que el joven asegura que se trató de una sola indiscreción, no de una adicción. Entonces, no hay necesidad de rehabilitarse. Por supuesto, tampoco se trata de condenarlo de por vida por una cosa como ésta. Pero, me parece que debió esperarse siquiera un año para ofrecerle un puesto de trabajo en la Asamblea Legislativa de la cual salió maculado. Una sanción tan corta parece valorar en muy poco la falta, a los ojos del joven y de quienes puedan verse tentados a incurrir en conductas como ésta, y ello puede llevar a confiar en que, de ser atrapados, el castigo será relativamente llevadero.

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