Mente arcaica en cuerpo joven

No hay peor vejez que la de las ideas. Es trágico ver que jóvenes inteligentes y preparados piensan como si los últimos 60 años no hubieran pasado. El viejo y anacrónico discurso colonialista que acabamos de escuchar en boca de un aspirante a representarnos ante el Congreso de Estados Unidos es verdaderamente lastimoso. Oírlo abrazarse a la ciudadanía americana como algo consustancial a la puertorriqueñidad hiere la sensibilidad patriótica. Estudioso de la descolonización caribeña, aspira a ir a la capital de la metrópoli, no a reclamar la libertad de su patria, sino unos acomodos posibilistas de índole económica. El joven ha aceptado la sumisión eterna de su país.

No sé si él llegará a Washington como representante oficial de este país. Sí sé que no me sentiré representado por él. Sólo quien reclame la libertad y el decoro del reconocimiento de nuestra patria en igualdad de condiciones con los demás pueblos del orbe me podrá representar.

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