Una sociedad civil civilizada

Entendida la justa molestia ciudadana ante la actitud atropellante o desdeñosa del gobierno central y algunos gobiernos municipales, no se justifica un desorden como el ocurrido en la reunión en que se presentaba el proyecto del Tren Liviano para San Juan. Si perdemos la compostura, y no es posible reunirnos y dialogar, entonces damos paso a la barbarie y el caos. Debemos ser firmes pero respetuosos en nuestros reclamos. Hay que permitir que los funcionarios se expresen, y luego se les cuestiona y rebate, cuando ello proceda. Si actuamos como fieras, el gobierno se sentirá justificado en ni siquiera celebrar actividades de consulta o información al público, por temor -- fundado, en buena medida -- de que se produzcan altercados que pongan en riesgo la seguridad de sus empleados.

Bien lo dijo Luis A. Ferré: «La razón no grita; la razón convence».

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