Una aritmética fatula

No es sino un disparate mayúsculo de la contabilidad pandémica informar como ciertas las muertes probables por el virus. Eso no es solo mala ciencia médica, sino mala gobernanza. La verdad es lo suficientemente grave como para que se exagere de una forma irresponsable. La cifras no se deben manipular para hacer el cuadro más tétrico. Lo lógico desde todo punto de vista es que se esperen los resultados definitivos para que se puedan informar con responsabilidad al respecto.

¿Por qué ese afán de abultar la cifra de muertes a base de una mera especulación? 

Por un lado está el interés morboso de los medios de comunicación en dar las peores noticias siempre, para tener mayor lectoría o sintonía, según sea el caso. Y por el otro, el de las autoridades para, en nuestro caso, justificar las peticiones de fondos que consecuentemente se hacen al gobierno de Estados Unidos para resolver todos los problemas en nuestro país. Mientras peor sea la situación, más podemos pedir. Esa es la lógica torcida de la dependencia inherente al colonialismo.

Sea como sea, hay que mirar con mucho escepticismo los números oficiales sobre la pandemia en suelo puertorriqueño, al igual que sobre otros aspectos de nuestra vida colectiva, como sabemos.