«Érase una vez...»

A pocos días de la boda real en Inglaterra, todos volvemos los ojos a ese mundo anacrónico pero fascinante de la realeza. Y es que la democracia, con todas sus virtudes, resulta aburrida y pedestre, y la imaginación popular necesita de estas historias de reyes y príncipes, para vivir una ilusión que se perdió hace mucho tiempo, pues, si bien la aristocracia y la monarquía tuvieron muchos desaciertos en la historia, también nos legaron unas obras que han enriquecido la cultura universal.

Creo también que, en el fondo, todos anhelamos la sencillez de vivir bajo un monarca bueno e ilustrado, que, sin las complicaciones y las infeficiencias del partidismo político, gobierne para el bien de su pueblo. Por eso, nos entusiasma la idea de que príncipes apuestos y princesas bonitas se casen y sean felices para siempre, pues nos sentimos representados en esa unión de bondad y belleza en la realeza.

Mis parabienes para William y Kate, y que se les cumpla su sueño de amor y felicidad, que es el nuestro también.

Comentarios

Entradas populares