Loco con el chocolate

La terrible enfermedad de Alzheimer, hasta ahora incurable y poco tratable, tiene ahora una nueva terapia. En algunos lugares se ha implantado un método que consiste en «seguirle la corriente» al paciente, en todo lo posible, y complacer sus gustos, aun los más raros. La idea es mantenerlo contento, a la vez que aliviarle la carga a quien lo cuida. Parte de la terapia es eliminar o reducir la dependencia de los fármacos, algo que ha dado buenos resultados, pues le permite participar de ciertas actividades, en la medida de sus capacidades. Al paciente se le da lo que quiera y a la hora que quiera, y eso elimina las rabietas y el comportamiento difícil de manejar. En fin, en vez de pretender que se ajuste a unas normas impuestas, es el sistema el que se amolda a sus necesidades. Después de todo, al paciente no le queda mucho de vida, ¿para qué contrariarlo?

Se informa que a los pacientes suele dárseles chocolates o cualquier otra comida que apetezcan, aunque no sean las más nutritivas o indicadas desde un punto de vista ideal. Me dan ganas de «hacerme el loco»...

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