La triste historia del «escribidor»

Nadie discute los méritos literarios de Mario Vargas Llosa. No se puede decir lo mismo de sus méritos como politólogo o comentarista de la escena internacional. Huyendo de su pasado «izquierdista», lleva varias décadas instalado en una posición derechista que lo impulsa a desacreditar a la América Latina que no se somete a los designios de Washington y a, muy solapadamente, cantar las glorias del capitalismo y la hegemonía norteamericana, mientras prefiere callar ante sus horrores.

En artículo publicado hoy, con el subterfugio de coincidir con Fernando Savater, la emprende contra Julian Assange como si fuera un heraldo infernal, reduciéndolo a un chismoso y traidor de lesa humanidad. No se comprende la ira santa del «escribidor», tan demócrata y amigo de la libertad, excepto, evidentemente, cuando ello es contrario a los intereses de sus amigos los americanos. Si, como él alega, citando a Savater, nada de lo revelado es nuevo o desconocido ni tiene tanta importancia, entonces, ¿por qué quieren linchar a Assange? ¿Por qué esta cacería internacional, valiéndose de todos lo medios para destruir al hombre y a su organización? ¿Es The New York Times imbécil o amarillista? ¿Fue Daniel Ellsberg también un «chismoso»?

Pobre Marito. En su vejez, junto a la gloria literaria, aburguesado y domesticado, hace el papel feo y patético de escriba farisaico de la supuesta democracia de Occidente según practicada por Estados Unidos. En vez de condenar la hipocresía, el desprecio, el menosprecio y la mentira que revelan esos documentos, lo defiende como «diplomacia». Él, que se ha pasado la vida denunciando la inmoralidad del totalitarismo - sobre todo de izquierda - asume una postura muy acomodaticia y condescendiente con el engaño y las maquinaciones de Estados Unidos y sus acólitos. Planteando la falsa dicotomía entre lo público y lo privado en la política internacional, nos quiere hacer creer que aquí se ha violado el derecho a la intimidad de estos señores embajadores y diplomáticos. O Vargas Llosa es muy estúpido o muy cínico.

Que siga escribiendo novelas, en las que puede manipular la «realidad» a su antojo. Creo que Perú hizo bien en rechazarlo como su «salvador».

Comentarios

Entradas populares