La cultura de la violencia
Con un promedio de tres a cuatro asesinatos u homicidios diarios en esta primera semana del año, el país se encamina a otro año con cerca de 1,000 muertes de esta índole. Al igual que en años anteriores, dos razones explican esta tendencia sostenida: la violencia inherente al tráfico ilícito de drogas y el creciente deterioro de la salud mental puertorriqueña. Pese a los anuncios policiacos semanales acerca de la «desarticulación» de pandillas y puntos de drogas, lo cierto es que la isla está repleta de ello, y sus problemas «comerciales» se resuelven a tiros, algunos de los cuales alcanzan a personas que nada tienen que ver con esa subcultura.
Por otra parte, demasiadas personas recurren a la violencia en su desenvolvimiento cotidiano. Desavenencias y disgustos de todas clases desembocan en la muerte de un ser humano a manos de otro. No hay controles internos en los individuos, o los que hay son muy débiles. Se mata con una facilidad espantosa. La nuestra es una sociedad que le ha perdido el apego y el respeto a la vida ajena y propia, presa de un fatalismo enajenante y morboso.
Por otra parte, demasiadas personas recurren a la violencia en su desenvolvimiento cotidiano. Desavenencias y disgustos de todas clases desembocan en la muerte de un ser humano a manos de otro. No hay controles internos en los individuos, o los que hay son muy débiles. Se mata con una facilidad espantosa. La nuestra es una sociedad que le ha perdido el apego y el respeto a la vida ajena y propia, presa de un fatalismo enajenante y morboso.
Comentarios