Silencio cómplice

Llama la atención que algunos analistas y comentaristas de la escena internacional guardan silencio cada vez que a Estados Unidos lo pillan en una violación crasa de derechos humanos, bien sea dentro de su territorio o en otros países. Con este asunto del espionaje cibernético, esos disidentes en Cuba o China, escritores e intelectuales que saltan a criticar a la izquierda en todos lados, por sus transgresiones, se tornan ciegos,  mudos y sordos, con lo cual demuestran su falta de sinceridad democrática y libertaria, y su entregusimo a los intereses norteamericanos. ¿Dónde está la condena de Yoani Sánchez, quien rompe lanzas por la libertad a cada paso? ¿Dónde está la de Mario Vargas Llosa, quien, si no es para atacar a Castro, Chávez, Correa, Morales, Ortega, prefiere callar? ¿Dónde está la de Carlos Alberto Montaner, otro que tal baila?

Una de dos: les parece bien lo que hace Estados Unidos o tienen miedo de criticar públicamente al imperio.