«♪...[no] es un jardín florido...♪»

El desastre ambiental de Arecibo y su entorno natural es el resultado de la falta de controles del desarrollo desenfrenado e irresponsable durante décadas, que, en mayor o menor grado, se da en todo el país. Gobierno tras gobierno entregados a los grandes intereses económicos permitieron que la inconsciencia ambiental de industriales dañara los distintos elementos naturales, en busca ciega de su beneficio, en nombre de un mal llamado «progreso».

Ese proceder, que en cualquier lugar del mundo tiene efectos deletéreos, es devastador en Puerto Rico, dado el escaso territorio. Los impactos negativos son mucho mayores, pues se juntan y tienen un efecto acumulativo y multiplicador.

Hemos consentido el envenenamiento de nuestras aguas, nuestro aire y nuestra tierra. No cuidamos bien este jardín que Dios nos regaló, y el castigo está a la vista.