Ni Estado ni Libre ni Asociado
Como se insiste en «celebrar» los 60 años del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, tengo que insistir en que ese nombre --de su faz, disparatado -- no tiene sustancia jurídica ni política alguna. Es -- para usar el término favorito de su portaestandarte de turno -- un «embeleco», para engañar al pueblo puertorriqueño y a la comunidad internacional. La verdad monda y lironda es que somos una colonia de Estados Unidos de América, pues es en ese país donde reside el poder de última instancia. No hay tal «asociación»; Puerto Rico tiene una muy menguada autonomía sobre asuntos internos, toda vez que cada día la jurisdicción de los americanos aumenta a través de leyes y reglamentos sobre todos los aspectos de la vida puertorriqueña.
No hay retórica que pueda disfrazar esta realidad. Algunos, avergonzados de la sumisión que nos aqueja, inventan «tesis» y «pactos» para justificarla, y llegan hasta a contradecir las expresiones oficiales del gobierno de Estados Unidos en las que reafirma la plenitud de su poder sobre Puerto Rico, atribuyéndolas a confusión o desconocimiento de ellos acerca de esta relación «única» entre nuestros dos países.
Esta relación lo único que tiene de única es que trata de una de las pocas colonias que quedan en el mundo.
No hay retórica que pueda disfrazar esta realidad. Algunos, avergonzados de la sumisión que nos aqueja, inventan «tesis» y «pactos» para justificarla, y llegan hasta a contradecir las expresiones oficiales del gobierno de Estados Unidos en las que reafirma la plenitud de su poder sobre Puerto Rico, atribuyéndolas a confusión o desconocimiento de ellos acerca de esta relación «única» entre nuestros dos países.
Esta relación lo único que tiene de única es que trata de una de las pocas colonias que quedan en el mundo.
Comentarios