La corrupción y las carreteras

Hace unos años, le pregunté al mayor de mis cuñados, ingeniero civil especialista en carreteras, por qué las nuestras eran tan malas. Ya yo había dado unas cuantas vueltas por el mundo, y sabía de primera mano que las había buenas. Me dio una explicación que había que ser ingeniero para darla e ingeniero para entenderla. Pero, tengo mi propia tesis: es parte del latrocinio gubernamental en contubernio con el privado de contratistas y subcontratistas. Algo menos de tal o cual material aquí y allá o materiales de inferior calidad, y esos «ahorros» van al bolsillo del constructor, quien en kilómetros y kilómetros de carretera...calcule el lector.

En un país como el nuestro, sobrepoblado de gente y de autos, el uso de las carreteras es intenso. Si no se construyen bien, duran muy poco, y eso mismo les pasa a los vehículos. El negocio es redondo: más carreteras y más autos...y más hoyos.

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