Unos fundamentos flojos

La razón fundamental que se ha dado para adoptar el modelo de las alianzas público privadas como forma de atender necesidades colectivas es la incapacidad gubernamental --financiera y técnica--para hacerlo en proyectos de envergadura, y las supuestas ventajas del sector privado al respecto. Por eso, me sorprende lo señalado hoy acerca de lo que ha de hacerse en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín cuando se le entregue a una empresa, de la docena que se alega tienen interés en administrarlo.

Pongo por delante mi convencimiento de que el aeropuerto es casi un «elefante blanco», dado un pietaje excesivo e inútil. Basta darse una vuelta por sus instalaciones para comprobar que se trata de un aeropuerto exageradamente grande para el tráfico que maneja. Por lo tanto, seguir construyendo es un despropósito, que solo puede explicarse por el fin de enriquecer a constructores y desarrolladores.

Dicho eso, resulta risible leer la lista de mejoras inmediatas --que uno supone deben ser urgentes--para el buen funcionamiento del aeropuerto. Construir una acera, reparar una escaleras, reparar una superficie de concreto, reparar filtraciones en techos, arreglar unos servicios sanitarios, mejorar la rotulación vial son parte de lo que debe hacerse. ¡Hombre, y para esto hace falta entregarle el aeropuerto en bandeja de plata a una empresa privada! Claro que estas cosas tienen importancia, pero nada de ello es una obra monumental ni amerita salir corriendo a ponerlas en manos privadas. Obviamente, se le ve la costura a esta privatización.

Comentarios

Roberto Ariel Fernández ha dicho que…
Prácticamente a todas las privatizaciones de los últimos 25 años se le ve la costura de la avaricia y del enriquecimiento desmedido y descarado.

Entradas populares