Una llamada al orden

Aunque me confieso culpable de, de vez en cuando, hablar brevemente por celular mientras conduzco, reconozco el peligro de ello y, por lo tanto, aplaudo la iniciativa del alcalde de Guaynabo para prohibirlo dentro de los límites territoriales de su municipio. Lo cierto es que el asunto se ha vuelto un grave problema de seguridad vial que debe atajarse. Ante la flojera legislativa para regularlo, que ya cumple diez años, surge la facultad municipal para hacerlo. Resulta significativo que el alcalde haya reconocido que el asunto ha llegado al punto en que unos policías municipales han causado accidentes de tránsito por hablar por celular mientras conducían sus autos oficiales.

Conociendo a mis compatriotas, se aprenderán la demarcación municipal de la jurisdicción guaynabeña, y la pasarán a exceso de velocidad, para seguir hablando por celular sin que los multen...

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