El tratamiento mató al paciente

El descrédito del sector público --gestado con fruición hace cerca de veinte años --llevó al gobierno a buscar en el sector privado soluciones a problemas colectivos como el de la salud. Se aceptó como artículo de fe que lo privado es inherentemente superior a lo público, recinto éste de la ineficiencia y la ineptitud. Desoyendo voces cautelares, se entregaron, desenfrenada e impensadamente, haberes y patrimonios del Estado, haciendo de todo un negocio, sujeto al afán de lucro.

Hoy recogemos con amargura y decepción los resultados de esos desatinos. Desmantelado el sistema público de salud, el sector privado ha sido incapaz de proveer el servicio necesario a la vasta mayoría de la población. El empeño de favorecer indebidamente a unos empresarios, que a su vez son grandes contribuyentes al partido que gobierna, nos ha llevado a esta crisis, cuya solución no se vislumbra aún.