Con defensores de los derechos humanos así...

Aquéllos que han «beatificado» a Yoani Sánchez -- incluido un querido amigo -- deben leer bien la columna de opinión titulada El paciente fiel. A esta mujer, que se ha presentado ante el mundo como una defensora de los derechos humanos y la sensibilidad moral, en su riña y su roña con el régimen cubano, poco le ha faltado para desearle la muerte a Hugo Chávez. A su frustración porque Fidel no se ha muerto, le añade la molestia de que Chávez pueda superar su enfermedad.  En vez de dar cátedra de conmiseración, a pesar de su disidencia, aprovecha el cáncer de Chávez para atacar al gobierno cubano, por su alegada dependencia del petróleo venezolano. Curiosamente, el mismo día que se publica ese vómito de sangre, se da a conocer que Brasil le ha ofrecido a Chávez su medicina. Supongo que Sánchez dirá que, como Dilma fue una guerrillera, ese ofrecimiento responde a que son camaradas comunistas o socialistas.

Independientemente de que Sánchez tenga razones para estar resentida con el régimen cubano, le ha quedado muy feo el giro que le ha dado a su comentario sobre la enfermedad de Chávez. Uno se pregunta cuáles son los valores de una persona que lleva su revanchismo hasta estos extremos. Creo que ella solita se ha desacreditado grandemente, al dar esta muestra de su pequeñez moral.

Comentarios

Hiram Sánchez Martínez ha dicho que…
He releído «bien» la columna de Yoani Sánchez (El Nuevo Día, 7/7/2011, p. 65) en busca del «vómito de sangre», del revanchismo, o del casi expresado deseo de muerte de Chávez, y no los he encontrado. Sí he hallado un análisis político —muy bueno, por cierto—, sobre el efecto que tiene para los países, la crisis de salud de sus caudillos y el derivado proceso de debilitamiento de las relaciones de poder en el país acaudillado, o del entrejuego que se produce entre éste y sus aliados.

Aun cuando el caudillismo es un fenómeno muy complejo (hay caudillos por el voto popular —e.g., Muñoz Marín, Chávez— o por las armas —los Castro, Trujillo, etc.—), es innegable que el poder político de los caudillos, por el que se definen los sistemas políticos unipersonales, está atado, en sus componentes esenciales, por el hilo fino de la vida y la salud de estos caudillos. Cuando esa atadura parece deshilacharse y amenaza con quebrarse, el análisis de sus posibles consecuencias no es una cuestión moral ni religiosa. Es simplemente ciencias políticas.

Quien no entienda esto, no hay problema en ello; pero quien quiera entenderlo, que relea «bien» los apuntes de sus cursos de ciencias políticas.
Alberto Medina Carrero ha dicho que…
Hiram:

Me parece que no has querido ver la falta de sensibilidad de Yoani Sánchez. Te has ido por la tangente. Todo eso que dices es cierto pero, al igual que en una reciente entrada de tu «blog» acerca de Cuba reclamaste referirte a un punto específico, hago lo mismo en este caso.

Para una persona de tu inteligencia y sensibilidad no puede pasar inadvertida la burla que hay, en por ejemplo, el final del texto, cuando se refiere al cáncer de Chávez de esta forma: «Algo relacionado con la quebradiza composición del ser humano, con un pequeño detalle de su anatomía que se negó a seguir secundándolo en tan pomposas campañas».

Me parece que has dejado que tu rechazo al régimen cubano -- al que tienes perfecto derecho -- y tu solidaridad con quienes lo combaten te lleve a asumir una postura que es contraria a tus valores, incluso religiosos, que conozco de primera mano.

Ella pudo muy bien decir todo eso que apuntas, sin la burla que señalo, que la hace lucir mezquina a un extremo que debemos rechazar, aunque podamos estar de acuerdo con el resto de su planteamiento.

Te invito a que, hoy domingo, cuando vayas al templo, medites sobre si el Jesús en el que crees vería con buenos ojos una expresión tan poco sensible.
Hiram Sánchez Martínez ha dicho que…
Primera aclaración necesaria: Mi solidaridad no es —ni podría ser— con quienes combaten el régimen cubano (no podría bajo ninguna circunstancia, por ejemplo, sentirme solidario con los cubanos responsables del asesinato de Carlos Muñiz Varela ni con Luis Posada Carriles); mi solidaridad es con quienes sufren el bloqueo de los derechos humanos y civiles dentro de Cuba, la gente común y corriente, los que como tú y yo tienen interés en expresar libremente sus ideas —sean afines o no a las políticas del Gobierno— y que aspiran a no ser perseguidos ni castigados por el ejercicio pacífico de ese derecho natural de todo ser humano.

Segunda aclaración necesaria: En su justa perspectiva, cuando se lee el párrafo completo del cual has extraído tu cita, no surge ningún afán de burla, sino el reconocimiento de una ley de la vida: que aun las personas que se creen invencibles pueden ser derrotadas por la fragilidad de sus cuerpos. Véase el contexto:

«Hugo Chávez querrá meterse nuevamente en el papel de figura invencible, pero algo ha ocurrido irremediablente para él[; a]lgo que no previeron ni los opositores, ni los asesores cubanos que lo rodean, ni los empalagosos exégetas que amplifican sus ideas[; a]lgo relacionado con la quebradiza composición del ser humano, con un pequeño detalle de su anatomía que se negó a seguir secundándolo en tan pomposas campañas».

Tercera aclaración necesaria: Desearle la muerte a otro ser humano, no es absolutamente reprochable. Es por eso que —ya que has aludido a mi religión— el Código de Derecho Canónico de la Iglesia admite que un Estado pueda imponer la pena de muerte en determinadas circunstancias, cuando sea de aplicación la doctrina del injusto agresor. Yo se la hubiera impuesto a Hitler (de no habernos salido cobarde) y también a Osama Bin Laden (de no haber sido ejecutado por el gobierno norteamericano) y comulgaría el domingo siguiente de lo más tranquilo. (Por supuesto que no le desearía la muerte al comandante Hugo Chávez).
Alberto Medina Carrero ha dicho que…
Hiram:

Sigo teniendo mis dudas sobre la supuesta gente «común y corriente» que de manera inocente y sin agendas escondidas se oponen al gobierno cubano. Quizá algún día tengamos pruebas irrefutables de que reciben ciertas ayudas o subsidios de la CIA.

Con tu conocimiento y práctica de la hermenéutica, se me hace difícil aceptar que no veas la burla en el entrelíneas de lo citado. Creo que otros lectores la ven muy claramente.

Citar el Derecho Canónico de una Iglesia en bancarrota moral es muestra de la debilidad de tu argumento. Confundes el ajusticiamiento o tiranicidio con una mala voluntad hacia un gobernante extranjero que nada le ha hecho a ella y que, como has admitido antes, ha sido electo y reelecto por su pueblo. Sánchez, tan demócrata, parece no reconocerle validez alguna a ese hecho, y prefiere alegrarse de que haya un «pequeño detalle» que elimine al objeto de su malsana antipatía.

Entradas populares