Un verdadero «asalto» navideño

El hurto del furgón lleno de perniles delanteros y traseros, aunque no pueda clasificarse como «famélico», creo que, dada la época, debe verse como un delito con atenuantes.  Con lo malas que están las cosas, a cualquiera le asalta la tentación de llevarse uno que otro pernilito, para celebrar la Navidad como Dios manda en esta parte del mundo.  Supongo que los ladrones se vieron en la situación de no tener tiempo para ponerse a escoger, así que decidieron llevarse el cargamento completo.  Y ya que estaban metidos en el lío, aprovecharon para cargar con ingredientes para postres y con «bebidas embriagantes». No faltaba más. Las cosas - incluso los escalamientos - se hacen bien o no se hacen.  Si se ha de ir preso, más vale que sea por algo que valga la pena.

Yo, ciertamente, no voy a preguntar mucho, si en estos días me venden un pernil, un tembleque y una botella de coquito a buen precio...

Comentarios

Jaime Riera Seivane ha dicho que…
Alberto:

Me has hecho reír con esta ocurrencia tuya.

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