La tía de Jorgito

No es que yo sea cruel o insensible - algunos lo creen así - pero me parece que las manifestaciones de la tía de Jorge de Castro Font son comprensibles, dado el parentesco, pero desacertadas.  Su lloriqueo porque Jorgito está «enfermo», obsesionado con su ahora ex esposa, y necesita ayuda siquiátrica fuera de la cárcel  se da a destiempo. ¿Por qué ella no hizo ese mismo reclamo público de «enfermedad mental» de su sobrino cuando él se pavoneaba como legislador todopoderoso y desfachatadamente proclamaba que tal o cual legislación no se aprobaría porque a él no le daba la gana?  ¿No era eso una señal de prepotencia y delirio de grandeza digna de tratamiento siquiátrico?  A ella tampoco le preocupó cuando él dijo que - como ha ocurrido - con el triunfo electoral de su partido se «darían un banquete» que incluiría dominar el Tribunal Supremo.  Ahí tampoco pidió ayuda para su sobrinito querido por su evidente megalomanía.  Incluso cuando Jorgito se fue a provocar de palabra y obra a los manifestantes contra Paseo Caribe, doña Marta no solicitó que le aplicaran la reclusión involuntaria dispuesta en el Código de Salud Mental.  Es ahora, cuando el viola reiteradamente la orden del tribunal para que no se acerque o intente tener contacto alguno con su ex esposa, que ella clama al cielo para que lo declaren loco...y no lo metan preso.

¡Qué linda!

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